NO TODOS LOS DIAS SON SOLEADOS PERO SIEMPRE BRILLARA EL SOL

Hola amig@s,
Hoy es uno de esos días en que estoy mas espesa de lo normal. Quiero contaros muchas novedades y no sé en que orden hacerlo.
Ayer martes hablé con Jordi Carbó y me informó que esa ventana de buen tiempo que todos esperábamos ha desaparecido.
Fue una conversación agradable pero para mí también fue la gota que acabó con la poca tranquilidad que me quedaba. Hace días que vivo rodeada de mucha incertidumbre y eso ha desgastado mis ánimos, acumulo mucha tensión y tengo la moral muy debilitada. Las esperanzas que tenía puestas en el Manaslu me han abandonado por completo y hoy (por fin) la montaña del espíritu me ha dado la razón.
Ayer Jesús junto con sus dos sherpas, la expedición de Rosa (menos mal que Ramón está siempre ahí para mis despistes), Oscar Cadiach, un polaco, un italiano y los otros cuatro sherpas, llegaron hasta los 6.500m de altitud, el campo 2 “bajo”, y hoy con mucho esfuerzo y contratiempos con el fuerte viento, han conseguido llegar hasta los 6.800m, campo 2 “alto”
Han sido pocos metros de desnivel pero el vendaval ha sido tan fuerte que los revolcaba al suelo y cuando han llegado se han encontrado con las tiendas arrancadas del suelo y destrozadas. Después de un leve descanso han vuelto al campo 2 “bajo”.
Ante esta situación y teniendo en cuenta el último parte meteorológico, todos los expedicionarios han decidido que, a pesar de que la energía de todos está prácticamente íntegra, la resistencia de la montaña a la que están haciendo frente es mas fuerte que esa fuerza y coraje que ellos tienen.
A partir de mañana comienzan el descenso al campo base para despedirse desde allí de la cima en la que tantas ilusiones habían puesto.
Oyendo a Jesús os puedo asegurar que no le faltan ganas de seguir luchando pero no depende de él poder cambiar la situación, por eso ahora lo importante no es llegar arriba sino saber elegir la dirección que ha de tomar.
Si ahora la vida le ha dado una razón para estar afligido, escuchándolo me ha demostrado que tiene infinitas razones para sonreír, la tristeza es el ocaso de la alegría y eso ocurrirá cuando podamos abrazarnos.
Para mí es un héroe porque los héroes sonríen cuando sus corazones lloran y hoy lo he escuchado desilusionado pero feliz.
Cada decepción nos enseña algo que necesitábamos aprender y yo estoy aprendiendo que la gente que compartimos este blog, los que escribís y los que no lo hacéis que sé que también sois muchos, sois admirables.

Mas vale un minuto de reflexión que horas de arrepentimiento…… y en ocasiones para obtener una victoria es mejor alejarse. Francesc y Jesús ya tienen su victoria.

Un abrazo
Márian